Los hombres no lloran.
- FERNANDA FUSCHINO
- 3 oct 2017
- 3 Min. de lectura
"A todos nos calientan los mismos veranos y nos enfrían los mismos inviernos"

El viernes por la noche quedé en salir con unas amigas. Llegué a casa, coloqué música, abrí una botella de vino y seguidamente mi armario, con la firme intención de ponerme guapa. Escogí un vestido entallado al cuerpo y unas botas altas, que para algunos, seguro que fue un outfit provocativo con un mensaje implícito de lo que buscaba esa noche como mujer.
Mientras me maquillaba al ritmo de "Des-pa-ci-to" pensaba en la sensación que me produce usar tacones. Me hace sentir tan femenina, tan guapa, tan empoderada. Parece una tontería, pero a mi, ponerme unos tacones me produce eso, sea para ir a una discoteca o para una reunión de trabajo. Y fue justo en ese momento cuando pensé en los hombres y en la horrible idea de no poder usarlos. Las feministas que me lean, seguro pegan un grito al cielo en este momento.
Pero realmente son cosas que, a mí, si me gustan de ser mujer. Me gusta poder tener un grano en la cara y tener el privilegio de hacer uso del maquillaje para disimularlo, es que acaso ustedes creen que a un hombre no le acompleja, al igual que a nosotras, tener un grano enorme en la nariz? O que aquellos guapetones, que quedaron de últimos en la repartición de los centímetros de estatura, no les gustaría poder contar con el comodín de unos tacones? Y no pueden, sencillamente, no pueden. "Los hombres no lloran", esa frase me espanta. Solo imaginar que yo tuviese que contener mis lagrimas porque la sociedad me juzgaría como menos mujer, me horroriza. Hace unos días una amiga me comentaba que se había sentado a llorar a causa del stress en su trabajo y que su jefe, al verla, le comentó: "tranquila, te entiendo, yo también quisiera sentarme a llorar pero yo no puedo". Fue tan aleccionadora para mí esa anécdota.
Me encanta ser mujer y poder llorar a mares si me apetece sin que me juzguen. Me fascina que las mujeres seamos capaces de tener 9 meses a nuestro bebe dentro, 9 meses que son solo nuestros. Me parece alucinante que seamos capaces de amamantar y que, a través de nuestro cuerpo, alimentemos a nuestros hijos los primeros meses de vida. Me disfruto increíblemente colocarme un mini short en verano, hacerme diferentes peinados, pintarme las uñas de diferentes colores cada semana. Amo ir y comprarme ropa interior nueva que me haga sentir la mujer mas sensual del planeta tierra. Agradezco no estar obligada a ir a una guerra, no tener que "hacerme mujer", poder usar cualquier color de ropa sin que eso ponga en tela de juicio mi feminidad.
Hay cosas maravillosas de ser mujer, aunque a veces solo nos enfoquemos en lo negativo. Es verdad que como mujeres aún nos faltan muchísimos derechos por los que luchar y lo haremos, estamos en ello. Pero existe también otra realidad: lo difícil que es ser hombre. Cual será el origen de todos estos prejuicios que nos hacen tan pobres como sociedad? Será la política con sus leyes? Serán las religiones con sus creencias ortodoxas?
Esa respuesta aún no la tengo, pero lo que sí se, es que este mundo necesita hombres y mujeres incluyentes, compasivos y amorosos. Seres humanos que entiendan que más allá de una diferencia de género, somos una especie a la que les calienta el mismo verano y les enfría el mismo invierno. Al final del juego, la reina y el peón van a la misma caja, o no?
Besos de colores,
Fer
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